Quién no está viviendo en sus carnes este viento infernal que te mueve y te despeina, maldito viento, no tiene en cuenta tus esfuerzos frente al espejo, ahí, trabajandote esos pelos de loco con los que despiertas cada mañana, porque el corte Umpa-Lumpa, perdona que te diga, requiere trabajo, requiere que utilices ese secador de Wella que tiene el mango roto, al que se le funde la resistencia cada dos días, ese pelo tuyo que lo trabajas con un peine de tu madre que, perdona que te diga, tú no entiendes, porque eres un hombre y no te enseñan cuando naces cómo se utiliza ese invento de Belcebú que todas las mujeres saben mover con estilo y elegancia porque viene en uno de sus cromosomas, pero tú, hombre de mucha fe, pretendes manejar en dos ratos... JA!!! Bendita inocencia...
Ese viento y ese frío que revuelve tus carnes y te pone la piel de gallina, que tu te planteas en sacar tu pellejo de pieles porque te pasmas, pero como eres tan feliz en tu inopia no has cambiado tu armario de verano al de otoño, ¿por qué? Nadie lo sabe, quizás por orgullo (yo aprovecho las camisetas de hombreras hasta octubre... ¿de verdad?, ¿en serio?, ¿has salido hoy a la calle?, ¿te has tomado la pastilla?), quizás por falta de sentido común, no sé... Lo que sí que sé es que la calle está plagada de individuos extraños, esa mezcla de personas con piel bronceada y Barbour, que van ahí, luciendo sus restos de esas vacaciones en Torrevieja, que ya quisieran algunos que fueran en Saint Maurice, con esas camisetas de manga corta de I love NYC, que perdona que te diga, YA NO SE LLEVAN!!! Pero oye chica, que les da igual, que aquí la gente luce palmito, cual street styler de la vida, con el frío que hace... A ver, princesa, que hace viento, que tienes los pelos como escarpias, que llevas puestas unas sandalias y en Oviedo hace "fresco", QUE LLUEVE REINA!!! ¿Quieres mirar por la ventana al despertarte por la mañana? Gracias...

Pues el espectáculo no acaba ahí, que no, que tu ves ese estilazo que derrochan luciendo esos cardigan de punto gordo con bermudas, que llevan sandalias con calcetines, que llevan camisetas de encaje (sin nada debajo, no vayamos a ser tan horteras de lucir una camiseta debajo de eso) con botas camperas... Que han estado todo el verano vestidas con vestidos cortos y botas de ante con borreguillo por dentro... ¡Por favor! ¡Que alguien pare esto! Que lloro de impotencia, que me van a llamar las de la Virgen de Lourdes porque estoy llorando sangre... Luego dicen que no hay milagros hoy en día... Ay, Señor... Los milagros de la moda...
"Despierta talla 38"
Llámame Nigel
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