No, no estábamos muertos, estábamos de parranda como dice la canción. A
veces es tan necesario escapar de la rutina, aunque sólo sea un poquito, aunque
sólo sean un par de días... y es tan necesario que el pasado jueves decidí
hacer la maleta y subirme en un bus seis largas horas para ir a ver a Talla 38.
Llegué puntual a la cena que habíamos planeado, y vaya si mereció la pena el
interminable viaje. Ha sido un puente bonito,bonito (sobra decir que siempre
es estupendo estar con Talla 38, tiene ese nosequé de la gente que
brilla con luz propia)
Dispuestas a exprimir los días juntas, nos ha dado tiempo a todo. Hemos aprovechado para ir de compras, hemos pateado
tiendas, hemos revuelto estanterías y hemos escudriñado mil perchas. Entramos
en boutiques, de las que son carísimas de la muerte no, de las otras, las que
tienen cosas bonitas y asequibles. También ha habido tiempo para ir a Zara, a
Stradivarius y demás, incluso para sentirnos al borde del infarto cuando nos
pedían casi 17 € por una libreta en una de esas tiendas super-vintage que están tan de moda…En fin… que venimos con mil
ideas, mil historias y mil opiniones que contar, hemos tomado buena nota de
todo.
Debería destacar también lo que disfrutamos de la noche, en tacones y con
la raya del ojo pintada, por supuesto. Y entre copas y risas, entre abrazos y
anécdotas, también entre apuntes y pizzas caseras… se nos han pasado las horas,
los días y el puente.
Con ganas de seguir escribiendo y de traer alguna que otra sorpresa a este
rinconcito, me despido.
Matad vuestra rutina de vez en cuando. Y así, seguid siempre enamorados de lo que
hacéis.
-Talla 36
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