jueves, 20 de septiembre de 2012

Creces y todo se vuelve del revés.



-Os recomiendo que escuchéis "Grey Room" de Demian Race-
¿Recordáis cuando éramos pequeños? ¿Cuándo competíamos con nuestros amigos por todo?

¿Recordáis cuando ibais de tiendas con vuestras amigas, amigos o incluso cuando hablabais en el colegio sobre que número teníais de zapato, de pantalón, camiseta?
Cuanto mayor fuera el número de zapato, la talla del pantalón, más mayor te sentías, te sentías “superior”, si se puede decir así, te sentías mejor porque considerabas que te hacías mayor y tu amigo o amiga seguía siendo el niño que erais ambos… ¿Qué ha pasado?

En realidad, creo que nadie podría decir lo que ha pasado, hay un momento de nuestras vidas, cuando tienes unos 12 años más o menos, a alguna gente no le viene nunca, a otra más tarde…ya sabéis, estas cosas nunca se sabe, en las que tu mente hace “clic” y empiezas a preocuparte por esa chicha que nunca habías visto y que ahora te ves aunque lleves un básico, empiezas a preocuparte por cosas insulsas, intentas comer menos, hacer más ejercicio, todas esas cosas para parecerte a esas mujeres que ponen en las revistas… te ponen aparato, te salen espinillas y cada vez ves más lejos ser una de esas chicas que llamas la atención por su belleza y crees que nunca le gustarás a ese chico.

Pasan los años y tu chicha sigue ahí a pesar de que todos los años pienses este año no pasará, que te apuntarás al gimnasio, que saldrás a correr y además llevarás al día los estudios…aunque sabes que eso no es verdad, tú lo intentas.

Creces y sigues preocupándote pero de otra forma, empiezas a ver que le gustas a los chicos seas como seas, porque todos tenemos a alguien al que gustar. Empiezas a ver que aunque te moleste lo que no te gusta, puedes vivir con ello porque no puedes hacer otra cosa que resignarte cuando ya eres incapaz de cambiarlo. Te quitan el aparato tras muuuchos años sufriendo con él y dices...”ahora mucho mejor”, entonces crees que lo que no te gusta empezará a gustarte porque ahora tienes una sonrisa profident.

Pero incluso Heidi Klum es criticada por su aspecto, el gran diseñador de Chanel, Karl Lagerfeld ha dicho que está gorda aunque tiene una sonrisa perfecta.

Y entonces te encuentras a una pequeña Andy a la que le dicen… ¡DESPIERTA TALLA 38!

Así que dices… ¡QUÉ NARICES!

Lo importante es estar a gusto con uno mismo dicen, ¿no?, sonará a tópicazo, pero es verdad, siempre habrá alguien que te critique y por mucho que quieran prohibir a las modelos de una talla 32 desfilar, ¿os imagináis una pasarela sin chicas delgadas? Vale, no enfermas, que eso es feo, pero un desfile con chicas normales, eso es ¡REALIDAD! Y  ¿queremos eso? PUES NO, porque la realidad es aburrida, porque en la realidad no llevarías una camiseta transparente sin sujetador, a menos que estés borracha o seas Paris Hilton, no nos gusta la realidad en mundos de fantasía, porque si eso fuese así…las princesas no se despertarían por el beso del príncipe. Porque en la realidad nunca dejarás de pensar en lo que no te gusta, nunca te parecerá que eres perfecta pero ¡LA MODA ES LA MODA! Es surrealismo, pero nosotras somos reales y tenemos que ser como queremos ser, sin más, porque como dijo Coco Chanel:


 “no existen mujeres feas, sólo mujeres que no saben arreglarse”.

Saludos de parte de talla 38

No hay comentarios:

Publicar un comentario