lunes, 1 de octubre de 2012

Haz maletas, deshaz maletas




Queridos míos, Nigel ha vuelto. Tras esta semana de vacaciones de no escribir nada estoy otra vez volviendo a la normalidad, de vuelta en Madrid, con casa nueva y gente nueva a mi alrededor es como empezar otra vez de nuevo algo imposible, hacerte a un sitio, a una convivencia, a unas caras que te dan los buenos días y las buenas noches. Lo malo de esto es que no son las caras que desearías ver, que no es esa cara familiar la que te da las buenas noches y te da uno de tantos besos que derrochan cariño, eso es lo malo, que aunque la simpatía se desborde en esas personas con las que empiezas a convivir no es la cara por la que no pasan los años la que te da los buenos días, ni la que te despierta encendiéndote la luz y diciéndote que disfrutes otro nuevo día, eso, señores, es lo malo de empezar.

De nada sirven las pataletas ni los SMS en plan de guasa, de nada sirven si otra vez te encuentras solo, jugando a vivir una vida que no sabes ni tu mismo si quieres vivir, de nada sirve nada si ahora mismo estás hecho polvo y sólo quieres llorar. Lo malo es que cada año lloras, luego te recuperas, anhelas esas vueltas a la normalidad que son tus fines de semana, esos alivios momentáneos que se pasan como en un suspiro.

Señores, odio irme de casa, odio deshacer esas maletas que, aunque te acompañen en la vida, sólo ruedan, y esas ruedas se supone que te facilitan las cosas, pero prefiero ruedas cuadradas que me demuestren que este camino no es fácil, y que sólo yo puedo superar.





"Despierta talla 38"

Llámame Nigel

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